El autismo y la ansiedad pueden afectar el cerebro y el comportamiento de un niño de manera similar: la sobreestimulación, la falta de estimulación o la incertidumbre sobre su entorno pueden provocar un colapso de las habilidades sociales, ya que los niños luchan por mantener una sensación de calma y control internos.
Enseñar la regulación emocional es una forma de ayudar a los niños con autismo o ansiedad a manejar eventos inesperados y experimentar calma interior.
Los factores externos se sienten menos amenazantes y perturbadores cuando los niños pueden manejar mejor su entorno interno.
Repasemos más sobre la regulación emocional y las formas de enseñarla a los niños que tienen ansiedad y autismo.
¿Qué es la autorregulación emocional?
La autorregulación emocional es la habilidad de comprender y responder a las emociones de una manera saludable.
Las personas experimentan una amplia gama de emociones, y estas emociones están conectadas con los pensamientos.
Mientras que algunas emociones son una respuesta a otras personas o estímulos externos, otras emociones surgen de los pensamientos que tienes mientras estás solo.
Los pensamientos tienen un impacto masivo en el comportamiento humano.
Muchos son positivos y representan un reflejo exacto de la realidad, pero otros no.
Las personas que desarrollan una fuerte inteligencia emocional han aprendido a pensar sobre sus pensamientos.
Pueden reconocer qué emociones experimentan, a qué ideas están conectadas esas emociones y si deben creer en esos pensamientos.
La regulación emocional se puede enseñar y aprender a través de la práctica.
La mayoría de las personas subconscientemente Desarrollar habilidades de regulación emocionalde niños a través de la interacción con el mundo que los rodea.
Sin embargo, los niños con autismo o alta ansiedad pueden enfrentar desafíos al recopilar datos sensoriales precisos sobre sus experiencias.
A medida que maduran, estar fuera de contacto o ser incomprendidos puede dificultar el aprendizaje de la regulación emocional.

Las emociones siempre se dan a conocer eventualmente.
Los niños con autismo pueden demostrar frustración, confusión, ira, miedo u otras emociones fuertes al comportarse físicamente o alejarse de quienes los rodean.
Algunos niños con autismo tienen dificultades para identificar ciertas emociones hasta que su comportamiento físico demuestra que algo anda mal.
Para estos niños, la regulación emocional comienza con la comprensión e identificación de emociones específicas.
Ayudar a los niños con autismo a comunicarse
Cada niño que experimenta autismo o ansiedad lo hace de manera individual: no existe un diagnóstico único para todos.
En términos clínicos, esto significa que las mejores opciones terapéuticas para cada niño son únicas.
Aprender sobre las formas comunes de autismo y lo que pueden significar las diferentes respuestas puede ayudarlo a escuchar y recopilar datos para el niño en su vida.
Muchos comportamientos típicamente asociados con el autismo son una respuesta a la sobreestimulación.
Por ejemplo, los comportamientos físicos repetitivos, como estimular y mecerse, pueden ayudar a los niños con autismo a expresar una respuesta interna al estrés.
Sin embargo, algunos niños con autismo en realidad buscan la estimulación intensa como una forma de calmarse.
Las luces brillantes, los ruidos fuertes y otros estímulos sensoriales pueden tranquilizar a estos niños.
Algunos niños con autismo pueden expresar verbalmente sus emociones o pedir ayuda para manejar los sentimientos fuertes.
Sin embargo, muchos otros luchan por entender, etiquetar y controlar la respuesta a lo que sienten.
Los niños pequeños pueden beneficiarse especialmente de aprender sobre los tipos de emociones, cómo reconocerlas y qué medidas saludables pueden tomar para resolver los sentimientos intensos que experimentan.
Los niños neurotípicos generalmente aprenden a autorregularse mucho más jóvenes que los niños con autismo o alta ansiedad.
Los niños con autismo pueden tener dificultades para manejar la incertidumbre o los cambios en sus planes.
Cuando su rutina se interrumpe, puede arruinar todo su día.
Las habilidades de regulación emocional ayudan a los niños con autismo y ansiedad a aprender a ser más flexibles y a comunicarse de manera más efectiva con sus propios cuerpos y el mundo externo.
3 estrategias para enseñar la autorregulación emocional
Los niños con autismo y los niños con ansiedad pueden desencadenarse fácilmente a lo largo del día.
Algo que no molestaría a un niño neurotípico, como una interrupción en el horario, estar en una multitud o escuchar música a todo volumen, puede causar una crisis.
Aunque evitar estos desencadenantes puede ayudar a mantener a los niños tranquilos, no les ayudará Desarrollar habilidades de procesamiento saludables.
Aquí hay tres maneras en que puede enseñar a los niños habilidades de autorregulación emocional:
1. Desglosarlo
Como adulto, has aprendido a procesar una gran cantidad de datos externos e internos muy rápidamente.
Cuando eras niño, muchas de estas funciones motoras gruesas probablemente parecían difíciles e incluso incomprensibles.
Una de las mejores maneras de apoyar a los niños con autismo y ansiedad es dividiendo las funciones motoras gruesas en pasos prácticos y manejables.
Esto reduce el estrés y desarrolla las habilidades paso a paso.
Imagina que estás trabajando con un niño que se enfada mucho cuando llega el momento de apagar su programa de televisión favorito.
Podrías poner un programa de televisión que no le guste tanto y luego recompensarla cada vez que lo apagues y ella responda bien.
Esto desarrolla sus músculos cognitivos y le enseña a responder de manera diferente a una situación similar.
Con el tiempo, puedes volver a presentar su programa favorito y practicar apagarlo también.
2. Compartir historias
Los niños de todo el mundo aprenden habilidades sociales de los cuentos.
Las historias sobre las emociones brindan la oportunidad de discutir qué son las emociones, cómo se sienten y cómo se pueden desencadenar.
También son un medio fantástico para explorar diferentes opciones sobre cómo responder a las emociones.
A través de los cuentos, los niños pueden planificar con anticipación e imaginar nuevas posibilidades.
Puede enseñar a través de cuentos leyendo libros, jugando con animales de peluche y viendo televisión o videos en línea.
Elija un medio que le guste al niño, esto le ayudará a mantenerse concentrado y absorber la información.
La próxima vez que el niño comience a portarse mal, puede recordarle una historia que haya compartido y lo que hizo su personaje favorito cuando sintió una emoción fuerte.
3. Practique respuestas saludables
Otra forma de enseñar a regular las emociones es comparar las buenas decisiones con las malas.
Elige una emoción a la vez para concentrarte.
Hable sobre cómo se siente esa emoción y qué podría hacer que las personas se sientan de esa manera.
Luego, dele al niño opciones para responder a esa emoción de una manera saludable y aceptable.
Por ejemplo, algunos niños se golpean la cabeza contra la pared cuando se sienten ansiosos.
Puede ayudarlos a identificar y abordar la emoción de la ansiedad antes de que lleguen a ese punto.
En lugar de lastimarse, pídales que practiquen respiraciones profundas, hagan ejercicio o escuchen música.
Las mejores opciones variarán para cada niño, así que no tenga miedo de experimentar y encontrar soluciones juntos.
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