La mayoría de nosotros hemos visto a un niño en una tienda de comestibles haciendo un berrinche o siendo francamente desagradable y rebelde.
¿Culpamos inmediatamente a los padres por permitir que esto continúe, o sentimos simpatía por su situación?
El hecho es que la mayoría de los niños en algún momento se comportarán de manera inapropiada.
El dilema es saber cómo saber si la agresión de su hijo es normal o necesita ser tratada.
Cómo definir “normal”
Todos los niños se portan mal y hacen cosas inaceptables que hacen que nuestras frustraciones broten.
Después de todo, son niños, y no existe un niño “perfecto”. Pero, ¿dónde se traza la línea cuando se trata de agresión? Todos los seres humanos necesitan parámetros, reglas y consecuencias, y una comprensión de lo que se considera un comportamiento socialmente aceptable.
Los más pequeños necesitan especialmente estas reglas.
Considere comportamientos como golpear a otro niño, morder, arañar, hacer berrinches, desafiar, destruir la propiedad o amenazar a otros niños.
Un niño que se comporta de esta manera ocasionalmente es menos preocupante que uno que exhibe esta conducta de manera constante y frecuente.
Observe cuidadosamente la frecuencia, intensidad y duración de la agresión de su hijo.
¿Ocurre a diario, o una vez a la semana, y se está volviendo más intenso?
Abordaje de los problemas
Hay tres maneras principales en que los padres pueden abordar los comportamientos agresivos de sus hijos.
La primera es la disciplina constante.
Defina las reglas de lo que es aceptable y elija estrategias específicas para corregir su comportamiento de las siguientes maneras:
- Nunca recurras a la ira o a los gritos.
Esto solo proporciona comentarios negativos a su hijo. - Ofrezca siempre comentarios positivos por todo buen comportamiento.
- A veces es mejor ignorar problemas menores.
Elige tus batallas. - Establezca expectativas y muéstrele a su hijo cómo comportarse.
- Refuerce el buen comportamiento con una respuesta inmediata: “Buen trabajo”.
- Ayúdelos a resolver un problema.
Si se sienten frustrados, pregúnteles cómo podrían manejarlo mejor la próxima vez. - Evita los grandes castigos.
En su lugar, opta por una consecuencia comprensible a corto plazo. - Una discusión de “No nos lastimamos” siempre es mejor que un castigo rápido o una nalgada.
El segundo curso de acción es determinar si hay alguna causa específica.
¿Están actuando de esta manera debido a algún problema físico que causa una frustración excesiva?
Podría ser un problema de audición o una incapacidad para comunicarse correctamente.
¿Podría deberse a la ansiedad o a la depresión?
A veces, el comportamiento impulsivo y descontrolado se debe al TDAH.
Habla con tu médico sobre las posibilidades de un trastorno del comportamiento.
Cuanto antes se encuentre una fuente de agresión de su hijo, antes podrá comenzar a enseñarle habilidades para toda la vida en el manejo de sus emociones.
La tercera forma de abordar la agresión de su hijo es buscar ayuda.
Si continúan siendo enviados a casa desde el preescolar o desde la casa del vecino debido a su comportamiento, puede ser el momento de pedir ayuda a un profesional autorizado.
Cuándo buscar ayuda
Si su hijo continúa comportándose de manera agresiva y ha probado todas las normas disciplinarias típicas, puede ser el momento de tomar medidas.
Si le preocupan posibles lesiones a sí mismo, ataques a usted o a otros adultos, o teme por la seguridad de los demás, es hora de pedir ayuda.
Los profesionales de la salud están ahí para ayudar con el entrenamiento de habilidades sociales, y su médico puede hacer una derivación al proveedor adecuado.
No espere para pedir ayuda y no se avergüence si siente que el comportamiento de su hijo no es normal.
Si tiene más preguntas sobre la salud de su hijo, comuníquese con MySpot. ¡Programe una cita hoy!